En cualquier ambiente podemos manejar el potencial de rinde ajustando las densidades.
Definir poblaciones más bajas en maíz permite aprovechar mejor los recursos disponibles, como el agua y los nutrientes. De esta manera el estrés por competencia entre plantas es menor y favorece un desarrollo más equilibrado, con espigas más completas y plantas más eficientes, lo que se traduce en una mayor estabilidad de rindes y una mejor relación costo-beneficio por hectárea.
Ajustar la densidad a cada ambiente ya no es una opción, sino una herramienta clave para lograr un manejo agronómico más rentable y sustentable.
Nuestros híbridos combinan estabilidad, prolificidad y eficiencia en el uso de recursos, permitiéndote maximizar el rendimiento con una estrategia de siembra más racional.
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